Las legumbres son un alimento que tiene una alta fecha de caducidad, pero hemos de ser conscientes, que cuanto más tiempo pase desde su adquisición, mayor será su periodo de cocción.

 

Es necesario poner las legumbres en remojo, la noche anterior a cocinarlas. Este remojo debemos hacerlo con agua fría, a excepción de los garbanzos, que los pondremos en remojo con agua templada. Debemos de tener en cuenta, que en las zonas donde el agua sea dura (con mucha cal), o alta en elementos como el magnesio; utilizaremos agua embotellada de baja mineralización. Si no lo hacemos así, corremos el riesgo de que la legumbres quede duras.

 

Por este mismo motivo, la sal la utilizaremos siempre al final del periodo de cocción. 

 

La olla a presión es un enemigo de las judías de El Barco de Avila. Igual que un buen vino pierde cualidades si lo servimos en un vaso de plástico, las judías del barco lo hacen con la olla rápida. La cazuela y el fuego lento suponen, la fina copa de cristal que acompaña a esta manjar.

                   

Referente a los temidos efectos secundarios de las legumbres, se pueden utilizar pequeños trucos para evitar su aparición:

 

-Cocinar las legumbres con comino y laurel siempre.

 

-Retirar siempre el agua del remojo, por un agua nueva al comenzar la cocción, y enjuagar las legumbres con abundante agua. Con esto conseguimos eliminar los azúcares que se desprenden de la corteza de las legumbres.

 

-"Asustar" las legumbres. Esto consiste en añadir un vaso de agua fría cuando las legumbres empiezan a hervir. Repetir la misma operación tres veces. De esta manera, eliminamos los oligosacáridos productores del gas.

 

-Terminar la comida con yogur o una infusión de hierbas digestivas.

 

-Como en todos los alimentos, comer despacio y masticar bien, ayuda a un buen proceso digestivo.

 

Por último, y en referencia a la forma de conservación, diremos que los cajones de la nevera destinados a las hortalizas suelen ser un buen sitio. Sobre todo, en climas con altas temperaturas y humedad, debemos de vigilar el almacenamiento de las legumbres para evitar la aparición de bichos.